De acuerdo con los datos exhibidos por el propio Ayuntamiento, la Policía Local de Zaragoza tiene su plantilla cubierta casi al cien por cien, mantiene sobre el terreno (en la calle) a un amplio porcentaje de sus agentes, ha duplicado los controles de alcoholemia, pone cada vez más multas... Todo estupendo, Pero la ciudadanía quiere más: más control del tráfico, más vigilancia, más capacidad para imponer las propias ordenanzas municipales y sobre todo una mejor y más apropiada acción preventiva.

Admitamos que las funciones policiales se han hecho muy complejas. Por eso y a la luz de los datos ofrecidos ayer por los propios responsables de la Policía Loca, está muy bien reprimir los excesos de velocidad en el Tercer Cinturón, pero también es imprescindible ordenar y controlar el tráfico en otros lugares de la red urbana que, por cierto, son escenario habitual de atascos e infracciones. Zaragoza es una ciudad grande que se está enfrentando a las consecuencias de su constante expansión. Necesita un sistema de vigilancia que además del tráfico y la seguridad básica incluya las actividades molestas y ruidosas, el cumplimiento de las normas urbanísticas o el necesario respeto a las reglas de convivencia.