En Aragón y especialmente en Zaragoza estamos de enhorabuena, la Expo 2008 puede suponer un gran salto cualitativo que en el peor de los casos nos permitirá contar con importantes infraestructuras que hace tiempo veníamos reclamando. Sin embargo, corremos el riesgo de que el resplandor de la Expo nos impida ver otras necesidades, que nos haga olvidar que existen colectivos que requieren urgente atención por parte de las administraciones, si queremos una sociedad mínimamente estructurada.

En Aragón existen 36 entidades coordinadas y agrupadas en la Red Aragonesa de Entidades Sociales para la Inclusión. Estas entidades están gestionando proyectos de intervención social que articulan las políticas sociales de nuestras administraciones. La red lleva tiempo demandando un Plan de Inclusión por parte del Gobierno de Aragón y un Plan Municipal de Servicios Sociales que, de forma coordinada, marquen las políticas y los criterios de intervención en los próximos años, contemplen programas dirigidos a erradicar la pobreza y a prevenir la exclusión social, un aumento en el número de profesionales de atención directa y presupuestos adecuados.

Las administraciones deben tener criterios, controlar, asesorar y evaluar los trabajos realizados pero también tiene que disminuir su burocracia, incrementar la coordinación entre los diferentes departamentos e instituciones, acabar con la morosidad en los pagos que tienen comprometidos y crear órganos colegiados de participación social efectiva y real. Igualmente sería muy positivo que en determinados concursos públicos se tenga en cuenta la inserción laboral de ciertos colectivos. Si el desarrollo de la Expo impide unos presupuestos que garanticen políticas sociales, si en la contratación de las numerosas obras que hay que hacer no se tiene en cuenta que el empleo es condición necesaria para la inclusión social, se cometerá una grave irresponsabilidad.

*Sindicalista