Aunque el concepto está implícito en el modo de ejercer cualquier derecho, ahora se quiere poner de moda utilizándolo como si fuera una novedad jurídica; hay grupos o personas que buscan un fundamento inverosímil al separatismo que cultivan dando por supuesto, lo que tendrían que probar y no saben cómo hacerlo, porque la Constitución no lo permite.

En democracia el derecho a decidir está archireconocido y se atribuye por la Constitución o en su caso, por normas de legislación ordinaria y hasta por meros reglamentos, dependiendo siempre ese reparto de la magnitud (cualitativa o cuantitativa) del asunto a resolver y procurando observar una regla de proporcionalidad entre el asunto concernido y el carácter de la norma con arreglo a la cuál, deba ser resuelto.

Un viejo dicho de origen más cuartelero que castrense pero cuya aplicabilidad trasciende a cualquier ámbito social o particular, recomienda "no matar gorriones a cañonazos", de una parte, porque acaso no matáramos ninguno por semejante vía y de otra parte, porque indudablemente, agotaríamos antes los obuses que los gorriones, con la caros que deben estar aquellos.

La importante cuestión que abordan los separatistas alegando con cierta simpleza el "derecho a decidir", consiste nada menos, que en suponer que Cataluña está naturalmente legitimada para apartarse sin más, del resto de España si así lo decide la comunidad autónoma del territorio y sin necesidad de observar lo que para tales casos prevé la Constitución porque ¿estará Cataluña por encima de la Constitución? Evidentemente, no; nadie que se muestre sinceramente demócrata ignora cuáles son sus deberes, sus derechos y la necesidad ineludible de respetar cuánto la Constitución significa y disponga que se haga o que no se pueda hacer.

No puede desconocerse en absoluto que la regulación del derecho a decidir, como cualquier otra materia que deba ser tenida en cuenta normativamente, lo que hace es definir quiénes puedan utilizar ese derecho. Como la materia revela su evidente trascendencia, merece la pena indagar qué pueda haber de fundamento legítimo en tan airada pretensión, partiendo de recordar que ninguna de las constituciones que España ha tenido, incluida la vigente, reconoció jamás a territorio o región alguna, el derecho a separarse del conjunto del Estado español ni para integrarse en otro Estado ni para erigirse en Estado nuevo.

Esa es la verdad y como diría Machado, "¡Qué verdad tan verdadera!/ la verdad es lo que es/ y sigue siendo verdad/ aunque se piense al revés". La sincera predisposición a convivir pacífica y además democráticamente, debería ser siempre una devoción política inestimable e incompatible con extravagancia alguna.

De esa verdad se desprenden otras, porque equivale a decir que para ejercer aquel imaginado derecho, el primer paso (no el único) tendría que consistir en una previa reforma de nuestra Constitución que reconociese la posibilidad de tal separación empleando, para saberlo, el procedimiento que regula el artículo 168 de nuestra Carta Magna porque el procedimiento del artículo 167 no bastaría para satisfacer pretensión tan ambiciosa ni cabe imaginar que el preceptivo referéndum nacional (no local de Cataluña solo) se mostrara favorable a decir amén.

]El derecho a decidir es obviamente, la opción que pueda emanar de la voluntad del titular o titulares del derecho de que se trate, en cada caso. En el que comentamos, parece evidente que el procedimiento aplicable tendría que ser el del artículo 168 de la Constitución porque habría que emplear previsiones que propusieran "la revisión total de la Constitución" o una parcial que afectaría entre otros, al título preliminar de nuestra Constitución porque no podría respetarse ni su artículo 1.2, ("la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado") ni tampoco el artículo 2 ("La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles..." aún reconociendo y garantizando "el derecho a la autonomía de nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".