No llevamos una buena racha: abundan las esquelas de personas que parecía normal que hubieran vivido mucho tiempo más. Por lo que se refiere a la clase política, uno en primera fila, otro en segunda, en pocos días se han ido Rafael Ariza y Rafael Gómez-Pastrana. El primero fue hondamente glosado por Gómez de las Roces y no voy a decir más que me adhiero a la visión amable que inspiraba a todos los que tuvimos la suerte de conocerlo. Al compañero exconcejal se le recordará siempre, como ya escribí de Acacio Gómez, como un hombre que hacía fácil lo difícil, que relajaba la tensión nada más divisarla, que aportaba un toque elegante y humano a cada conversación. No hace tanto envié a una pasante del despacho, Patricia, a que hablara con tu secretaria de un tema urbanístico menor. Para su sorpresa, la recibiste, le diste las instrucciones necesarias, y así pudo encarrilar lo que entonces le resultaba un problema. Ahora ya es abogada en ejercicio, y su cara ayer es la mejor descripción de lo que fue tu quehacer político, profesional y personal. No sé si podrás conocer esto, pero los zaragozanos sabrán que estuvieron gobernados por un hombre bueno. *Abogado