Los presidentes del PP, Mariano Rajoy, y de CiU y CDC, Artur Mas, se reunieron el miércoles para escenificar sus discrepancias, según estaba previsto, sobre la consulta soberanista como presidentes de España y de Cataluña. Pero aunque ambos prefieran insistir en sus diferencias, a uno le llaman más la atención los parecidos. Y es que la cita tuvo lugar solo unos días después de conocerse el auto dictado por el juez Pablo Ruz que concluye parte de la investigación del caso Gürtel y que señala la existencia de "un entramado societario dirigido a obtener irregularmente adjudicaciones públicas de diferentes Administraciones gobernadas por el Partido Popular --bien para sus empresas, bien para terceros--, mediante la entrega de dádivas a funcionarios y autoridades con competencia o influencia en esas contrataciones". Y estos días hemos conocido también la fortuna en el extranjero del "padre político" de Artur Mas, Jordi Pujol, fundador de CDC, de CiU y, a la sazón, presidente de la Generalitat durante 23 años, pactando unos años con los populares y otros con los socialistas.

Por cierto, el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunió esta semana con Felipe VI, del que prefirió destacar su "sintonía generacional" que las diferencias que les han llevado a su cargo. Una proclamación del monarca a la que también acudió a regañadientes Artur Mas, animado quizá por la amistad y el poder de sus antecesores, a los que les une, además, sus herencias sin regularizar. Vamos, que quizá todo eso explique también que el PSOE se haya atrevido a sacar por fin su laicismo del armario, pero haya dejado su republicanismo para otra ocasión.

Periodista y profesor