La reforma del equipo de gobierno municipal que acaba de realizar el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, está trayendo cola con los coches oficiales. Como quiera que cada teniente de alcalde, sólo por el hecho de serlo, tenía opción hasta ahora a coche y chófer, y la ampliación de estos cargos suponía más automóviles y más conductores, Belloch, desde Brasil, ha zanjado la cuestión drásticamente. A partir de ahora sólo los dos primeros tenientes de alcalde, el socialista Pérez Anadón y el nacionalista Gaspar, disfrutarán de este privilegio. El resto, ni los nuevos ni los que ya tenían, se quedan sin coche. La medida es un gesto positivo. Porque un consistorio en crisis económica no puede permitirse gastos superfluos. Cuando un teniente de alcalde necesite un coche para ir a un acto oficial, podrá hacer uso de los de la plantilla municipal, pero seguro que podrá pasar sin tenerlo todos los días en la puerta de casa.