La mujer como musa y no como creadora. Esta visión tradicional todavía sigue lastrando el trabajo artístico de las mujeres. O si no, cómo explicar que entre las exposiciones permanentes de los museos de Zaragoza solo haya cinco obras ejecutadas por féminas. La situación, lejos de ser extraña, es común no solo en España, donde Aragón incluso mejora estadísticas de otras autonomías, también en Europa. Una encuesta de la UE ponía de manifiesto que solo Polonia, con un 28%, destacaba sobre los demás países miembros. Si se programan pocas exposiciones de mujeres, su conocimiento se reduce y su presencia en las muestras permanentes, obviamente, es escasa. Una discriminación sexista que hay que romper sí o sí.