El 15º Congreso del PP, clausurado ayer, debía servir para adaptar el discurso de la formación conservadora a su nueva situación de primer partido de la oposición, para renovar los cargos directivos y para impulsar definitivamente a Mariano Rajoy como líder. Pero esos tres objetivos han sido cumplidos sólo a medias. La intervención final de Rajoy, en la que se apreció algún tímido intento de cambiar el estilo áspero impuesto por José María Aznar, fue salpicada por continuas descalificaciones a los socialistas, lo que hace pensar en que la labor de oposición va a ir por caminos similares a los que pilotó su antecesor frente a Felipe González. La presencia de caras nuevas de la ejecutiva (un 32% y con una importante presencia de mujeres) queda lastrada por el papel relevante de hombres muy desgastados en la legislatura anterior, como Angel Acebes --nuevo secretario general--, Federico Trillo o Javier Arenas.Finalmente, la puesta de largo de Rajoy como líder máximo quedó empañada por el discurso del nuevo presidente de honor del partido,

Rajoy Aznar,