Las instituciones aragonesas, en el especial la DGA, deben reflexionar sobre la cesión de un particular de un retablo gótico procedente de la iglesia de San Martín de Capella, en Huesca, al Museo de Lérida y que lo adquirió a título personal. Las reclamaciones de obras injustamente expoliadas es acertado, pero también hay que estar atento al patrimonio aragonés que se puede recuperar en el mercado. Se ha perdido una oportunidad de demostrarlo.