Las reclamaciones laborales tienen, por supuesto, que ser respetadas en todos los sectores sociales. También en el sanitario. Sin embargo, las consecuencias que se derivan sobre los pacientes cuando alguna especialidad se moviliza ante situaciones que no acepta deben ser evaluadas de forma previa. Más de cien operaciones previstas por el hospital Miguel Servet se han tenido que suspender por el plante de los médicos ante su situación retributiva. De poco sirvió la retirada de la orden que establecía un cambio en los pagos por intervención. Un grupo de anestesistas persiste en sus reclamaciones y la demora se acumula. Derechos sí, pero también equilibrio en las consecuencias de las demandas.