Aragón, y concretamente sus comarcas de la Jacetania y del Alto Gállego fue durante los cuatro primeros días del pasado mes de abril, la comunidad autónoma en donde la Unidad Militar de Emergencias (UME) llevó a cabo su anual ejercicio conjunto combinado. Un despliegue en el que se reprodujo el contexto de una emergencia de nivel 3, y en el que participaron 3.500 personas (militares y civiles), contando con la asistencia de numerosos observadores nacionales e internacionales. Una de las principales novedades de esta edición fue que, por primera vez, participó en su desarrollo un Tribunal de Justicia (el de Aragón) con el objetivo de, teniendo en cuenta la importancia de protección a las víctimas, poner en práctica los procedimientos judiciales de las emergencias con fallecidos.

La intervención de las Fuerzas Armadas españolas en apoyo de la población civil en situaciones de catástrofes, grave riesgo, o calamidad -aunque sea este un dato poco conocido- se remonta a 1797, cuando bajo el reinado de Carlos IV, el ministro Manuel Godoy impulsó la Brigada de Artillería Volante, con el objetivo principal de que pudiera emplearse «en cualquier aflicción pública, y especialmente, en apagar incendios». Sin embargo, la fecha del 7 de octubre de 2005 ha pasado a la historia reciente de nuestro país por ser el día en que -mediante un Acuerdo del Consejo de Ministros- se firmó la creación de la Unidad Militad de Emergencias. De este modo se hacía efectiva la misión que atribuye a las Fuerzas Armadas la Ley de la Defensa Nacional, la cual establece que «deben preservar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos en los supuestos de grave riesgo, catástrofe, calamidad, u otras necesidades públicas».

La UME pasaba a convertirse así en la unidad de primera intervención de las Fuerzas Armadas para reforzar, en caso necesario, las capacidades de las comunidades autónomas en el supuesto de que pudieran verse superadas por la magnitud de un desastre, o para hacer frente a una emergencia de interés nacional (nivel 3) en cuyo caso está establecido que la UME asumiría la dirección operativa de dicha emergencia, actuando bajo la dirección del Ministro del Interior. Así mismo, dada su consolidación y reconocimiento como instrumento altamente eficaz en la lucha contra todo tipo de emergencias, la UME está plenamente integrada en el Sistema Nacional de Protección Civil -desarrollado por una ley específica en 2015- en coordinación y cooperación continua con los diferentes organismos e instituciones de las diferentes administraciones públicas.

Integrada por soldados de los Ejércitos de Tierra, Aire y de la Armada (en total 3.500 cuadros de mando y personal de Tropa y Marinería, con gran formación específica para el cumplimiento de su misión) uniformados de negro, la UME cuenta con cinco batallones, con bases en Torrejón de Ardoz (Madrid) -donde se encuentra asimismo su Cuartel General-, Morón (Sevilla), Bétera (Valencia), San Andrés de Rabanedo (León) y Zaragoza. Así mismo la Unidad Militar de Emergencias cuenta con sendos destacamentos en las islas de Gran Canaria y Tenerife. Esta estratégica distribución geográfica dota a la UME de una gran capacidad de respuesta, lista para intervenir en un máximo de cuatro horas ante cualquier tipo de emergencia y en cualquier parte del territorio nacional.

Asímismo, por disposición del Gobierno, la Unidad Militar de Emergencias ha intervenido en catástrofes que se han producido fuera de España, habiendo transcurrido su primera misión internacional con ocasión del terremoto de Haití, en enero de 2010, socorriendo a la población afectada por el seísmo. Posteriormente la UME intervino también en Ecuador (abril de 2016), tras uno de los más devastadores terremotos de la historia del país, y un año más tarde en Chile (febrero de 2017) para combatir la oleada de incendios forestales que afectaron a la nación andina. Así mismo en el mismo año (junio de 2017), colaboró en la extinción de los trágicos incendios que padeció Portugal en Pedrogão Grande y Castelo Branco.

De este modo, y en mérito al amplio reconocimiento a su gran labor, la UME se ha convertido en un referente para otros países interesados en crear unidades similares a la española en el seno de sus ejércitos. Factor por el que, además, la Unidad Militar de Emergencias es un exponente de la Marca España incuestionable.

Por otro lado, cabe destacar que las actuaciones operativas de la UME también se centran en la protección del medio ambiente, los espacios naturales y el patrimonio histórico-artístico; área esta última en que organiza a nivel nacional unas pioneras Jornadas sobre Protección del Patrimonio Cultural, que este año alcanzarán su tercera edición.

Los españoles podemos, por tanto, sentirnos orgullosos de contar con esta unidad militar integrada por hombres y mujeres soldados de negro, altamente cualificados para cumplir siempre y en cualquier momento con su misión, al servicio del conjunto de la ciudadanía. De ahí su compromiso y su lema: «Para servir».

*Historiador y periodista