Todos los grupos de las Cortes de Aragón han consensuado una proposición no de ley para retirar los símbolos franquistas que aún perviven en los pueblos aragoneses. Plazas, calles, placas o estatuas que recuerden a personas o acontecimientos ligados a la sublevación militar de 1936 contra el Gobierno democrático de la República y al régimen franquista posterior, tendrán que ser sustituidos por otros más acordes con la democracia y el estado de derecho. Hasta aquí el acuerdo de todos los grupos, pero la decisión final dependerá de los ayuntamientos, lo que significa que la retirada o no de los vestigios franquistas seguirá siendo polémica.