Aragón se muere. El crecimiento vegetativo de la comunidad --la diferencia entre nacimientos y fallecimientos-- es ya negativo, ha aumentado considerablemente el sobreenvejecimiento y la densidad media es de 28,3 habitantes por kilómetro cuadrado, una tasa muy próxima a lo que se considera despoblación. Un extenso informe hecho público por el Gobierno de Aragón la pasada semana --la Estrategia de Ordenación Territorial de Aragón-- asegura que esta enfermedad demográfica afecta ya al 76,9% de los municipios aragoneses, a los que se augura dificultades para sobrevivir. La situación es similar en otras 40 regiones europeas. Y urge buscar fórmulas para solucionarlo. De momento, la Unión Europea ya es consciente de que los fondos deben ir destinados al capital humano y no a las infraestructuras.