El relevo, ayer, en la delegación del Gobierno de Aragón fue uno de los más largos que se recuerdan en la historia. El cesante, Ameijide se iba pero parecía que venía, y en su largo discurso hubo alguna referencia a su partido algo inapropiada, dado el momento. El que accedía al cargo, Fernández López, en su también larga intervención, que no discurso, no tuvo ninguna palabra para el saliente. Ni siquiera un deseo de buena suerte para el futuro fuera de Aragón, algo que llamó mucho la atención entre el numeroso público asistente al acto.