Lamentable lo de este país y su alta dirigencia política RajoyIs and friends. El señorito, bajito y bigotudo no es, le van más las barbas casposas, pero aires de dominatriz, como los de Paquito, vaya si los tiene. Que se lo digan a Rubalcaba, al que le ha ordenado callar o al mismo Pedro J., al que sus verdades incómodas le han costado el puesto. Al spanish lugarteniente nunca le gustó que el "destituido por hablar claro" sacara a la luz los numerosos trapos sucios del entorno Rajoy-PP como los mensajitos de amor incondicional que envió a Bárcenas. Lo de aceptar las críticas no va con el espíritu autoritario rajoniano. Lo suyo, como sostiene Pedro J., son las muestras de "hostilidad hacia las verdades incómodas y la indiferencia respecto a la opinión pública". Y es que, por mucho que salgan a la luz los viajes y regalitos de lujo que recibieron diversos cargos del PP en la trama Gürtel; que se pongan al descubierto estafas tan fraudulentas como la del caso Blesa con las preferentes; que la ONU inste al gobierno a reparar a las víctimas del franquismo, un "tema de Estado prioritario" según el relator de la ONU para la promoción de la verdad y la justicia; o que la UE de un toque a España por ser uno de los países más corruptos de la unión, entre otras cuestiones por no tener códigos éticos para los cargos electos, ni sanciones más allá de las penales, aquí no pasa nada. Bueno sí, inhabilitan a jueces por imputar a estafadores o destituyen a periodistas por hacer un ejercicio profesional responsable.

Periodista y profesora de universidad