La ultraderecha dio mucho miedo. Sobre todo desde el pasado jueves. Nadie sabe por qué, pero había una sensación de que los de Vox iban a arrasar y hasta se podía cumplir aquella profecía de Sánchez Dragó de llegar a 60 escaños. Incluso a lo largo del domingo electoral, con tantas filas en muchos colegios, parecía que la derecha iba a poder sumar. Pero al final lo que ha ocurrido es que Vox es un partido tóxico y está destruyendo a la derecha. No fue una buena noche para el partido de ultraderecha aunque ellos digan que si y que entran con mucha representación. Pero tener 24 diputados nacionales, uno de ellos en Aragón, por Zaragoza, no es ningún logro por lo que esperaban.

Eso sí, lo que han logrado es el batacazo del PP, que es a la vez la derrota de José María Aznar y del ruido político, sobre todo de los últimos meses. Tal es la catástrofe que Pablo Casado debería presentar su dimisión ya mismo como presidente del PP (partido que hay que refundar de inmediato) porque el nuevo líder de la derecha no es él, ni Santiago Abascal, sino Albert Rivera. Y en Aragón se ha visto claramente, donde Ciudadanos ha conseguido el sorpasso siendo muy evidente el caso del Senado en Zaragoza. El PP ha perdido los tres senadores que tenía y no tendrá ninguno, ya que tres serán para los socialistas y el cuarto para Cs. Además de no obtener más que un parlamentario al Congreso por Zaragoza.

El desplome de los populares, a un mes de las elecciones europeas, autonómicas y municipales, es preocupante. Cierto es que es difícil extrapolar los datos de las generales de ayer a las del próximo 26 de mayo. Puede ser que el PP mejore en las autonómicas porque en las cabeceras comarcales los conservadores junto a los socialistas tienen mayor peso que Ciudadanos y Vox, partidos que ayer más que nunca sí ha demostrado que tienen el voto muy urbano. Y además, hay que tener en cuenta que ayer no se presentaban ni Chunta Aragonesista ni Partido Aragonés, que sí estarán presentes el 26-M. Por cierto, que el voto del PAR no parece haber ido al PP, sino a Cs.

Claro que desde hoy los socialistas empezarán una nueva batalla. En Madrid, a la búsqueda de acuerdos, pactos y ententes cordiales para lograr la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Pero dentro del partido, como decía la lideresa andaluza, sigue habiendo mucho que coser. Aquí mismo, en Aragón, el triunfo de ayer abre como unas auténticas primarias para el líder socialista regional y presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, que tendrá que esforzarse por refrendar con una gran victoria el resultado de ayer.

Y sobre todo, los socialistas tendrán una papeleta complicada en Zaragoza ciudad. Ciudadanos demostró ayer estar muy fuerte en la capital aragonesa y, aún siendo difícil extrapolar los datos de este domingo a las próximas elecciones municipales, los problemas que en los últimos años ha tenido el PSOE en la ciudad son un hándicap muy fuerte con el que tiene que jugar la candidata Pilar Alegría.

La alta participación en las urnas en Aragón, casi ocho puntos más que en las últimas elecciones, por encima incluso del dato de participación en el conjunto de España es también un síntoma del castigo de los aragoneses a la derecha, especialmente al PP. Ayer, la imagen de los líderes nacionales populares era la de un funeral, pero la de los aragoneses, que se han quedado con una representación mínima en las Cortes Generales, no era como para empezar otra campaña electoral.