Contra el catastrófico cóctel de alcohol, fiestas y carretera, han surgido iniciativas que tratan de neutralizar sus trágicos efectos. Una de ellas es la de la puesta en marcha en diferentes localidades de Aragón del servicio de búhobus, es decir, autobuses nocturnos que garantizan una vuelta segura a casa después de fiestas o festivales, como Pirineos Sur o la cita de Los Monegros en este fin de semana. Los exitosos Voy y vengo que ya funcionan en otras comunidades están resultando muy útiles en Aragón, una comundiad en la que el año pasado murieron 94 jóvenes en accidentes y donde un 40% de este sector opina que conducir con dos copas no tiene repercusiones al volante.

El búhobus es una garantía, impulsada sobre todo por iniciativas municipales (gratuitas o de bajo coste) o compañías privadas, como la Oscense y la turolense Giménez. Las instituciones deben implicarse de un modo creciente para que este servicio vaya a más y se convierta en algo habitual, a la hora de planificar las fiestas o las salidas nocturnas, que en algunos casos pueden suponer un factor de riesgo. Es preciso atajar de raíz el grave problema de los accidentes de tráfico, convertidos en una plaga letal en esta sociedad cada vez más desarrollada.