Pero hay otra manera de abandonar el poder, y es haciendo dejación de funciones y de responsabilidades para que las asuman quienes habrán de ejercerlas en el futuro. Es lo que está haciendo el Ministerio de Defensa con respecto al deseo de las familias de los militares muertos en el Yak de trasladarse a Turquía para cotejar su ADN con las muestras de los fallecidos que se custodian en el Instituto de Toxicología de Estambul. En una carta fechada el pasado día 12, Defensa deja en manos del nuevo gobierno cualquier decisión, con lo que se lava las manos en este asunto tan mal tratado por la cúpula de Defensa, ahora en funciones.