La teniente de alcalde de Cultura, Rosa Borraz, no ha estado nada afortunada. Contestarle a otra edil con un "no me toques los cojones" no es de recibo. Ni aunque le hubiera enviado "a la porra", como dijo ayer Borraz, hubiera estado acertada. Es hora de olvidarse de esos exabruptos políticos que irrumpen de vez en cuando (los cojones de Cañete) y adoptar un nuevo y mejor talante. Pero, a la vez, tampoco hay que hacer un mundo de la expresión. Quizá hay que analizar más si una exposición tan especial está bien en un lugar tan poco habitual y de reminiscencias tétricas como el antiguo Anatómico Forense. Hay gente a la que no le gusta.