El Real Zaragoza comenzó la temporada con la alegría de un título pero han bastado tres partidos de Liga para evidenciar algunas de sus carencias. La falta de gol es alarmante, y no está claro que Víctor Muñoz pueda rotar a sus jugadores si quiere rendimiento en el área rival. Hay bloque y hay ganas para que el equipo rinda a buen nivel y mantenga tono vital en las tres competiciones en las que está inmersa, eso es indudable. Como lo es que hay jugadores, caso paradigmático pero no único de Drulic, que no están para jugar en este equipo si se aspira a mantener las aspiraciones. El episodio de impotencia ante el Sigma o la esterilidad del juego en Málaga invitan a una reflexión, que pasa por pedirle al entrenador que mantenga un once compacto y olvide los experimentos. La afición tiene ganas de fútbol y hambre de éxitos, tras años de sinsabores, únicamente matizados por la gloriosa victoria de Copa ante el Madrid. No se le puede defraudar.