-¿Cuál es el estado de ánimo del vestuario tras la victoria en Gijón?

-Estamos muy contentos. Hemos logrado dos victorias consecutivas por primera vez y, con trabajo y esfuerzo, se ha conseguido cambiar la dinámica.

-¿Qué ha cambiado?

-Víctor nos ha transmitido confianza y eso es justo lo que nos hacía falta tras la mala dinámica en que nos encontrábamos antes del partido frente al Extremadura. Nos ha inculcado sus conceptos e ideas de forma clara y todo eso está dando resultados.

-¿Qué mensaje es el que más ha calado?

-Su forma de jugar. Su estilo. Quiere que el jugador lo intente y arriesgue, aunque todos podemos fallar. Debemos tener confianza en lo que hacemos. Determinación y convicción.

-¿Este Real Zaragoza es el Zaragoza real?

-Este es un buen Real Zaragoza. Estamos mejorando en muchas facetas y este es el camino que teníamos marcado desde el principio y que por circunstancias no habíamos podido seguir hasta ahora.

-¿Cree más el entrenador en el equipo o el equipo en el entrenador?

-Las dos cosas. Él confía en nosotros porque sabe nuestras condiciones y capacidades y nosotros también creemos en él y en su idea. Estamos los dos en concordancia.

-¿Tan hundido estaba el vestuario antes de la llegada de Víctor?

-No sé si hundido, pero sí en esa dinámica negativa provocada por una situación que no esperábamos. Nos afectó bastante anímicamente, pero Víctor tiene algo especial. Nos transmite y nos da su confianza y, a partir de ahí, hemos crecido.

-¿Quién era para usted Víctor Fernández antes de conocerlo?

-Conocía su trayectoria y su gran relevancia en el fútbol español. Es un técnico referente en nuestro país que dio al Zaragoza los mejores años de su historia. Es una figura importante en el fútbol y sabía que nos iba a beneficiar en la situación en que estábamos.

-El equipo ha adquirido muchas cosas, también carácter. Las dos victorias se han logrado con remontada y en Gijón fue especialmente relevante porque nadie había ganado en El Molinón.

-Sabíamos que iba a ser un campo difícil. Ellos comenzaron bien y tuvieron sus ocasiones en los primeros minutos, pero a partir de nuestro gol cambió el partido y dominamos casi todas las facetas del juego. Estuvimos cómodos e hicimos lo que debíamos hacer.

-¿Hasta dónde se puede llegar?

-Es verdad que antes tenía la sensación de que nos costaba mucho ganar un partido y ahora tengo la contraria y siento que es difícil que nos ganen. Pero esto es muy largo y no se puede hablar de objetivos. Hay que ir partido a partido y recordar que hace poco más de dos semanas estábamos en descenso. Ganamos y eso nos dio oxígeno y confianza y ahora tenemos una final en casa contra el Málaga y esperamos conseguir los tres puntos. Pero debemos ir a por el triunfo en cada partido en casa y fuera.

-Sea sincero. ¿Miran a cuánto está el sexto?

-Pero es que estamos más cerca de abajo que de arriba. No hay que mirar tan alto, sino, como mucho, al que tenemos justo delante para superarlo e ir poco a poco. Queda mucho, lo más importante. La primera vuelta no ha sido buena, sino todo lo contrario, pero queda la segunda y las sensaciones son muy positivas. Vamos a seguir con esa determinación.

-¿El equipo se cree capaz de ganar a cualquiera?

-Sí, pero es que esa sensación yo la tengo desde principios de temporada. Este equipo, con los jugadores que tiene, puede ganar a cualquiera pero hasta ahora no ha podido dar su mejor nivel. Los jugadores son los mismos, pero la confianza y las dinámicas pueden cambiarlo todo. Probamos varias formas de jugar y no salían, aunque desde hace dos semanas ha cambiado todo de forma brutal y estamos saliendo de ahí.

-¿Hubo desunión o problemas serios entre la plantilla?

-Este es un vestuario muy positivo y respetuoso. Ningún jugador es negativo. Todo es muy sano y, futbolísticamente, hay mucho nivel. Son jugadores con muy buena calidad y capacitados para luchar por grandes cosas. Nunca he visto el vestuario desunido. Sí había más tensión en general pero no entre nosotros ni mal rollo. Ahora, está claro, hay más positivismo e ilusión y eso también se nota en el día a día y el trabajo cotidiano.

-¿El vestuario dejó de creer en Alcaraz?

-No creo que sea esa la cuestión. Tratábamos de hacer todo lo que nos pedía, pero no éramos capaces de dar lo que teníamos. Y las cosas no salían. Ahora todavía tenemos cosas que corregir, pero siempre es mejor hacerlo desde las victorias. Cuando las cosas van mal, no estás tan abierto, sino más reprimido.

-En el plano personal, ¿lo ha pasado mal?

-Obviamente, no lo he pasado bien. A nadie le gusta pasar por una situación como la que yo estaba, pero me mentalicé en estar preparado y mentalizado para cuando llegara mi oportunidad, algo que podía suceder en cualquier momento. Y entonces había que aprovecharla.

-¿Por qué no jugaba? Hubo rumores de todo tipo.

-Alguno me llegó, pero nunca les di importancia porque era todo falso. Eran decisiones que se toman y que yo tenía que respetar porque soy un jugador más de la plantilla. Sabía que tenía que llegar mi momento.

-Con usted de titular el Zaragoza ha jugado ocho partidos entre Liga y Copa y solo ha perdido uno. No está mal….

-Recuerdo la derrota. Fue 2-0 en Alcorcón. Son buenos datos, pero creo que es anecdótico. Un jugador no puede cambiar los resultados pero ojalá esa proporción siga así.

-¿Se planteó salir?

-Es que yo soy muy positivo y aunque fueran mal las cosas, sabía que, estando al cien por cien, el trabajo debía tener su recompensa. También me había pasado anteriormente en otro club y si trabajas y tienes tu oportunidad, luego depende de ti. No me llegué a plantear la cesión, no. Quería seguir y luchar por un puesto. Sabía que tenía que hacerlo con grandes centrales y que no iba a ser fácil, pero llegaría mi momento.

-¿Tiene la sensación de haber caído de pie?

-Tengo que agradecerle a la afición que siempre ha estado ahí y me ha apoyado tanto si jugaba como si no. En la calle, en las redes… la verdad es que se agradece y da ánimos para seguir. Por ellos tienes que salir y dar la cara al cien por cien. Me gustaría estar mucho tiempo aquí y disfrutar muchos años de La Romareda y su afición.

-¿Qué le pide Víctor?

-A los centrales nos pide que juguemos con convicción y confianza. Que no dudemos y que lo intentemos porque se puede fallar cuando se arriesga. Nos deja claro que tenemos toda su confianza.

-En El Molinón marcó su primer gol como zaragocista. ¿Qué sintió?

-Es una sensación única. El trabajo tiene su recompensa . ¿Sabe? Lo había pensado el día antes del partido. Imaginé que ganábamos y que marcaba. Pensé que sería la hostia. Y pasó. La afición que nos acompañó merecía esa alegría.

-¿Recuerda la jugada con exactitud?

-La habíamos ensayado en los entrenamientos. Un saque de esquina en corto que acaba en Javi Ros. Cuando vi que recibía me desmarqué y busqué el centro. Rematé y el balón golpeó en el poste. No sabía si iba a acabar o no en gol, y cuando entró sentí una gran liberación y una sensación única e inexplicable que disfruté mucho. En la celebración con los compañeros dijimos que íbamos a levantar el partido y así fue.

-Se viene Dorado. Competencia directa suya.

-Son decisiones del club y, si acaba viniendo, competiré por el puesto y ambos buscaremos lo mejor para el equipo.

-No tendrá fácil quitarle el puesto a usted tal y como está ahora.

-Esto es muy largo. Antes no jugaba y ahora sí, así que esto puede cambiar mucho. Voy a intentar hacerlo lo mejor posible y estar al cien por cien física y mentalmente para ayudar al Zaragoza a estar más arriba.

-Usted conoce mejor que nadie a Marc Gual. ¿Lo ve ansioso por marcar?

-Lo veo con confianza. No está teniendo el gol que quisiera tener, pero está aportando trabajo que no se ve y que es muy necesario. Es cierto que a un delantero se le valora por el gol y él lo tiene, pero solo falta que le entren uno o dos seguidos y enlazar una buena racha porque la necesitamos.

-En casa hay un déficit tremendo de puntos que urge solventar.

-Pero en La Romareda ya se respira otro ambiente y eso nos va a favorecer mucho a la hora de estar más metidos y concentrados y tomar cada partido como una final. Una afición tan grande como la nuestra nos va a hacer sumar mucho en casa y eso va a ser clave. En la primera jornada, con el recibimiento al equipo, ya te das cuenta de la grandeza de esta afición, que no ha pasado por buenos momentos. Pero han cambiado las cosas y a partir de ahora vamos a ir hacia arriba.

-¿Qué le dice la gente?

-Antes, que había que espabilar. Ahora dicen que están muy orgullosos de nosotros y del cambio que hemos dado. Ha vuelto la ilusión.

-¿Y qué les dice usted a ellos?

-A esta afición no hace falta decirle nada. Están a muerte con nosotros y solo podemos pedirle que sigan así y transmitirles que nos han ayudado mucho. La Romareda debe ser un fortín y los rivales sudar sangre para ganarnos. Estamos en deuda con la afición porque lo que nos han dado no se ve reflejado en puntos.