Saltar al vacío confiando en llegar al otro lado. Sin miedos, con la convicción de que uno puede, de que llegará sano y salvo sin caer magullado al fondo. El Huesca se ve este mediodía (12.00 horas, beIN LaLiga) en esa necesidad de creer, ante una obligación de ejecutar ese acto de fe después de su semana más negra en Primera. Las nubes de duda se han colocado sobre el equipo después de una racha de cuatro derrotas que han hundido colista la ilusión del recién ascendido. Tormenta de otoño que amenaza con descargar sobre Leo Franco toda su furia, cuestionado durante los últimos días y cuyo dictamen sobre su futuro inmediato estará directamente relacionado con el resultado de esta mañana en El Alcoraz.

Las malas vibraciones del Wanda Metropolitano han extendido el primer pequeño terremoto de la temporada. Queda por saber si habrá más sacudidas o simplemente ha sido un susto. Si hasta ahora el Huesca se había relanzado en su estreno en la Liga gracias a los cuatro primeros puntos, la consecución de cuatro derrotas seguidas y el empeoramiento de la imagen mostrada, con el cénit en la primera parte ante el Atlético, han provocado un ambiente de desconfianza sobre el técnico argentino y el sondeo del mercado de entrenadores por parte del club. El crédito a Leo Franco puede agotarse hoy mismo si media una derrota y la grada dicta su sentencia severa. La victoria podría suponer un voto de confianza y más aire. Es la ley del fútbol y sus mecanismos habituales.

La coincidencia ha querido que justo esta semana se programase la ofrenda a San Lorenzo, patrón de la ciudad. Los jugadores y cuerpo técnico acudieron a pedir las bondades del santo y en las plegarias de los creyentes se alentará el triunfo salvador. Allí mismo, cerca de la parrilla laurentina, el capitán Juanjo Camacho, como portavoz del grupo, manifestó su confianza en su director, ese mismo que diseñó el plan para ganar en Eibar y reaccionó con los cambios para obrar un empate en San Mamés, donde entonces no se alertaba de su mocedad en el cargo.

EL PROBLEMA DEL GOL / Mirando las estadísticas queda bien claro que el giro de los acontecimientos tiene que venir por una ecuación sencilla. El Huesca debe volver a la senda del gol. 318 minutos sin agujerear una red son una penitencia inaguantable para cualquiera. Esa sequía se ha intentado paliar con múltiples combinaciones entre los delanteros sin éxito. Por contra, se mantiene la condena de ser la escuadra más goleada, aguantando la renta de ocho tantos infringida por el todopoderoso Barcelona. Sin embargo, sí es cierto que Werner no ha conseguido guardar a cero su meta en ninguna de las jornadas transcurridas hasta el momento ni transmite seguridad, sobre todo en las salidas y con los pies. Jovanovic, con el alta médica tras la lesión producida con su selección, podría ser el relevo hoy mismo bajo los palos para taponar esta brecha por la que mana la pérdida de puntos. La decisión está por tomar.

LAS BAJAS

La peor información ha llegado con la lesión del lateral Luishino. El portugués estará de baja al menos seis meses después de producirse una rotura del ligamento cruzado de su pierna derecha. El guineano Akapo apunta a ser su sustituto en el once en una alineación que recuperaría a Pulido en el eje de la defensa y situaría a Juan Aguilera en el centro del campo, aunque el mutismo de Leo Franco se mantiene en estos anuncios. El Pulpo Aguilera se ha ganado el puesto tras sus primeros minutos en la temporada producidos en el Wanda, donde su aparición desde el banquillo cambió la cara del equipo. Leo Franco se jugará el puesto con un equipo más cercano al que ascendió a Segunda, subiendo la línea de ataque de Melero y poblando la parte ancha con hasta cinco jugadores con el dibujo del 4-1-4-1.

El Girona es otro de los espejos en los que el Huesca podría reflejarse y antiguo compañero del aula de Segunda. En su segunda temporada en la máxima categoría, tras obrar una merecida permanencia, el club catalán afronta la metamorfosis provocada por la marcha de su técnico de cabecera, Pablo Machín, al Sevilla. Eusebio tomó las riendas de una plantilla poco retocada que mantiene el peligro de la pareja Portu y Stuani. El uruguayo lleva cinco de los siete goles que ha marcado su equipo. La entrada del central Muniesa (Stoke City) y del centrocampista brasileño Douglas Luiz (Manchester United) son las que más impacto han tenido en un planteamiento que mantiene al equipo en la zona media con ocho puntos.

El Girona afronta este encuentro tras perder el pasado jueves en Montilivi con el Betis (0-1) pero con la estadística a favor fuera de casa. En sus dos desplazamientos esta campaña aún no ha conocido la derrota, con el sonoro empate en el Nou Camp (1-1) y el triunfo en Villarreal (0-1).