Alo largo de su vida, Eduard Punset reflexionó mucho sobre el rumbo de su vida y el significado de la muerte. Ayer, después de que la familia del escritor y divulgador científico comunicara su fallecimiento a los 82 años, fueron sus seguidores quienes tomaron el relevo para seguir con la reflexión y recordar su legado. Se le recuerda como un gran comunicador que, a pesar de sus claroscuros, consiguió que toda una generación se interesara por la ciencia.

Muchos rememoran ahora su faceta más mediática, cuando con su extravagancia, carisma y alborotada melena se dio a conocer al gran público a través del programa Redes, una ventana a la divulgación científica en prime time que se mantuvo durante casi dos décadas. Antes de esto, sin embargo, el recorrido de este barcelonés nacido en 1936 le llevó por caminos tan diversos como el derecho, la economía y la política. En una entrevista, de hecho, Eduard Punset argumentó estos cambios de rumbo diciendo que su vida nunca había sido planeada.

LA TRAYECTORIA / Y quizás sea por eso que ahora sean muchos quienes le recuerden por diferentes facetas de su trayectoria. «Eduard Punset tenía la increíble capacidad de conectar con la gente, algo que no todos los divulgadores científicos logran. No sabemos si era por su carisma, su pelo o su tono al hablar… pero había algo en él que hacía que el público se interesara en lo que le fuera a decir y permaneciera atento a sus explicaciones», reflexionó Pere Estupinyà, divulgador científico del cual Punset fue mentor y maestro. «Él es el ejemplo de la figura del divulgador científico como alguien en quien confiar. No hablaba de ciencia de manera neutra, sino que, gracias a su arrolladora personalidad, la gente empatizaba con él y confiaba en él para aprender», añadió el actual presentador de El cazador de cerebros.

APRENDER CON ÉL / «Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad solía preguntar a los profesores qué opinaban de Punset: mientras los de Biología hacían hincapié en algún que otro desliz científico, los de Comunicación Audiovisual alababan su talento como orador. Pero, en realidad, la opinión que más me importaba era la de la gente de a pie: ‘Aprendemos mucho con él’, me decía la mayoría», reflexionó Òscar Cusó, escritor y documentalista para National Geographic.

«Eduard Punset inspiró a toda una generación de futuros comunicadores y divulgadores científicos tanto con su programa Redes como a través de sus libros de divulgación científica», recordó Raül Toran, presidente de la Associación Catalana de Comunicación Científica (ACCC), de la que el propio Punset fue uno de los primeros socios. «La principal lección que podemos aprender de él era su curiosidad innata que transmitía al hablar y su capacidad para hacer preguntas que lograran llegar al fondo de la cuestión».

«De Punset aprendimos la importancia de que existan estrellas de la divulgación científica. Es decir, referentes que coloquen temas científicos en el centro de las conversaciones cotidianas», dijo Antonio Calvo Roy, periodista científico y presidente de la Asociación Española de Comunicación Científica.

«De su trabajo profesional todos aprendimos cuáles son los ingredientes indispensables para hablar de ciencia -añadió Antonio Calvo Roy-. Por un lado, el entusiasmo, que caracterizaba su trabajo. Y por el otro, el rigor, que se desvaneció en algún momento de su carrera dando lugar a resultados a veces un tanto confusos. Pero hoy, a pesar de todo ello, me quiero quedar con el Eduard Punset de aquellos primeros años, aquel que logró que la gente se interesara por la ciencia».