El edificio de cuatro plantas que albergaba la subestación eléctrica de Unión Fenosa incendiada el jueves en Madrid será derribado porque su estructura quedó seriamente dañada por las altas temperaturas, según informaron ayer los bomberos. Estos calculan que su interior alcanzó los 1.000 grados centígrados debido a la combustión de 69.000 litros de aceite refrigerante de los transformadores, lo que produjo grietas y deformaciones irreversibles. El mal estado del inmueble amenaza incluso las dos fincas habitadas colindantes, cuyos vecinos no pudieron volver ayer a sus casas.

El fuego, que se saldó con sólo cinco heridos leves pero sembró el caos en el centro de Madrid, se originó en un transformador que estaba en fase de instalación. Las causas se desconocen y tardarán unos días en saberse, porque la policía científica no podrá acceder al lugar hasta que los bomberos hayan enfriado por completo el aceite.

REVISION RECIENTE La estación transformadora había sido revisada hace tan sólo un año y se encontraba supuestamente en perfecto estado. La reforma que se estaba realizando fue aprobada el 12 de mayo del 2003 por la Dirección General de Industria de Madrid.

La gran mayoría de los afectados por el corte de luz recuperaron ayer el suministro. A media tarde, sólo quedaban 400 abonados sin luz. Fenosa había recibido más de 3.000 reclamaciones, la mayor parte por alimentos estropeados. Las inferiores a 90 euros se abonan en el acto. El resto requieren un peritaje posterior.

Los que salieron peor parados del incendio fueron los vecinos. Hasta 160 tuvieron que ser alojados en hoteles y ayer todavía no sabían cuando podrían volver a sus casas. Sobre dos fincas, Almadén, 21 y Ceniceros, 6, se cierne además la amenaza del derribo, al compartir pared medianera con el edificio de la central.