Las consecuencias del monumental atasco que miles de personas sufrieron el viernes por la noche en la autopista AP-1, entre Burgos y Miranda de Ebro, no se han hecho esperar. El Ministerio de Fomento abrió ayer un expediente informativo a la sociedad concesionaria Europistas para que aclare qué medidas tomó para evitar el colapso, cómo actuó y por qué se cobró el peaje.

Para muchos usuarios, tener que abonar 10,40 euros (1.730 pesetas) tras haber permanecido más de 17 horas atrapados y sin asistencia fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Además, los taquilleros anotaron las matrículas de todos aquellos vehículos que cruzaron el peaje negándose a pagar.