El consejero vasco de Interior, Javier Balza (PNV), interpretó ayer que ETA ha iniciado un "periodo de calentamiento" con los atentados de agosto en Cantabria, Asturias y Galicia. Teme, por tanto, nuevas acciones de la banda que, si bien "no está en la fase de buscar un Hipercor", pretende reafirmar su presencia. Recordó que todos los documentos de la organización afirman que mantiene los "objetivos tradicionales", con especial fijación en la Ertzaintza.

Durante una entrevista en Radio Euskadi, Balza dijo que, pese a las especulaciones sobre un tregua tácita, "los datos" apuntaban a una ETA con "mentalidad activa" que optó por actuar en el Cantábrico al ver descubiertas sus intenciones de atentar en el Mediterráneo.

POTENCIA CALCULADA El consejero manifestó que la escasa potencia de las bombas veraniegas responde a una "decisión medida" porque, después de la tragedia del 11-M, la banda "no ha querido ir a un atentado indiscriminado y ha optado por esta fórmula, que no debe interpretarse como que no puede hacer más".

Aunque subrayó la debilidad de la organización tras los sucesivos golpes policiales, Balza reiteró que su departamento trabaja con la hipótesis de nuevos atentados y sospecha que la banda querrá hacerse de nuevo presente durante este mes de gran carga política, en el que se inicia el debate del plan Ibarretxe.

Balza explicó que "se está acabando el tiempo para un posible acuerdo con ETA y su mundo" que ponga fin a la actividad terrorista, y vaticinó que "en la sociedad vasca la violencia no tiene espacio y los terroristas "quedarán más bien como un rescoldo, un pequeño grupo" que ejerza la lucha armada, "como un fenómeno en decadencia, pero que posiblemente todavía nos haga sufrir socialmente".

El consejero enfatizó que la "comprensión social" de ETA se ha acabado definitivamente, por lo que no podrá volver nunca a la situación de décadas anteriores. Vaticinó que, si no decide abandonar la violencia, la organización terrorista entrará en un proceso de "grapización " con progresiva pérdida de fuerza, es decir, será "un grupo terrorista con desconexión absoluta de la sociedad, con una cierta actividad, sabiendo que sus objetivos políticos son incomprensibles e inalcanzables".

Balza confesó además que su departamento aprecia "ciertos síntomas de repunte" de la violencia callejera. Recordó que hace dos años la Ertzaintza desmanteló a los grupos que operaban más decididamente en la kale borroka y "eso ha supuesto un tiempo de inactividad". No obstante, añadió, "la acción especialmente dirigida contra la Ertzaintza que hubo en las fiestas de San Sebastián nos hace pensar que hay una cierta voluntad de volver a reactivar este plano".

Por su parte, el ministro del Interior, José Antonio Alonso, está dispuesto a cerrar una reunión con dirigentes del PP en la visita que realizará los próximos días 20 y 21 al País Vasco, que tiene un carácter institucional, según informaron a Efe fuentes ministeriales. De esta forma, salieron al paso las fuentes del Ministerio del Interior en relación con lo manifestado el jueves por el secretario general del PP del País Vasco, Carmelo Barrio, que criticó a Alonso por "excluir" al PP de la ronda de entrevistas.

VISITA INSTITUCIONAL Sobre estas críticas del PP las fuentes referidas han precisado que la visita "tiene un carácter institucional", el mismo que las que ha realizado a Asturias y Cataluña, para entrevistarse, entre otras personas, con Javier Balza.

Las mismas fuentes añadieron que "la visita tiene un carácter político y simbólico muy determinado y concreto, que es el de apoyar a las víctimas, a los miembros del Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil".