El Gobierno justifica, en el anteproyecto de ley, la necesidad de la norma por la intensidad y gravedad que "aún tiene en nuestro país" la violencia ejercida sobre la mujer. Expone que esta situación es el "símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad", ya que se trata de una violencia "que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas por sus agresores carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión".

Por ello, el anteproyecto de ley sostiene que la violencia sobre la mujer "se presenta como una auténtico síndrome", ya que incluye todas las agresiones sufridas por la mujer debido a diversos condicionamientos socioculturales. En España --añade el texto legal-- los malos tratos y las agresiones sexuales tienen una especial incidencia. Sin embargo, afirma que esos comportamientos han dejado de ser "delitos invisibles" porque producen un rechazo colectivo y una evidente alarma social.

El anteproyecto define la violencia sobre la mujer como la que se ejerce para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, explicó, al término del Consejo de Ministros de ayer, que la nueva norma "compromete y obliga" a todos para acabar con las situaciones que todavía se dan de dominación de la mujer.