Prescindían, por así decirlo, del último eslabón de la cadena: el camello. Eran narcotraficantes cibernéticos o cibernarcos y la droga la vendían exclusivamente a través de internet, bien en foros, bien en redes sociales, bien en alguna web. Controlaban los envíos, la mayor parte realizados desde países sudamericanos, y disponían de un piso donde cortaban la droga una vez llegaba a Madrid. Luego, a distribuir. A esa descripción, a grandes rasgos, responde el modo de operar de la banda desmantelada recientemente por la policía, 13 individuos detenidos en Madrid, Cantabria y Ecuador con un resultado elocuente en cuanto a incautaciones: 16,5 kilos de coca, dos armas blancas, 40 teléfonos, tres ordenadores portátiles y cuatro vehículos.

La cocaína llegaba a España o bien en paquetes enviados por mensajería o bien transportada por mulas (en cápsulas que llevaban en el estómago o escondida en el equipaje) y relativamente sin dificultades, puesto que un miembro de la banda era empleado de tierra de una compañía aérea, y otro, de una empresa de mensajería.

En un piso de Alcobendas preparaban la droga y la repartían entre los clientes que captaban por internet. "Vendo cocaína 95% de pureza", se anunciaban. O: "Venta cocaína Madrid entrega en mano". De esta manera se ahorraban la figura del camello.