Cuatro personas fallecieron ayer cuando la avioneta y el ultraligero en los que volaban colisionaron en pleno vuelo. Los dos aparatos se estrellaron cuando sobrevolaban la localidad cántabra de Mataporquera, a 89 kilómetros de Santander, poco después de las cinco de la tarde.

El alcalde de la localidad vecina de Valdeolea, Angel Calderón, que fue testigo del accidente, relató que los aparatos volaban "muy juntos". Tras la colisión, la avioneta y el ultraligero se precipitaron en las cercanías de una cantera, a la entrada de Mataporquera, junto a la carretera N-611.

La Delegación del Gobierno informó que el piloto y propietario de la avioneta era Juan Ramón Diego Menocal, vecino de Santander, que viajaba con una mujer aún por identificar. El ultraligero estaba pilotado por José Maria Cagigal, de Aguilar de Campoo (Palencia), acompañado por su hija Raquel. Según las mismas fuentes, los pilotos se conocían y volaban en paralelo y a la misma altura cuando se produjo el siniestro.

Debido al impacto, el ultraligero quedó hecho un "amasijo de hierros", según varios testigos. La mujer salió despedida a unos 10 metros de distancia del lugar donde acabó estrellándose el aparato, y el hombre fue localizado en el interior de la cabina. El ultraligero se estrelló en las proximidades de la carretera N-611, que une Santander con Palencia.

"SE TOCABAN" A apenas unos 200 metros cayó la avioneta, cuyos dos ocupantes fueron encontrados, sin vida, en la cabina. Este último aparato procedía de un hangar privado de la localidad palentina de Herrera de Pisuerga. Varios testigos vieron cómo los dos aparatos "se tocaban" antes de precipitarse al suelo.

Las cuatro personas muertas ayer elevan a 43 los fallecidos en los últimos 20 accidentes mortales de avionetas en España. Los dos accidentes más trágicos tuvieron lugar el año pasado en Vélez-Málaga y en Gerona, con cuatro muertos en cada uno.