La lluvia, el viento y los dirigentes internacionales disipan la contaminación pequinesa. Con 21 líderes esta semana en la capital para la cumbre de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC) no extraña que los cielos parezcan pintados con rodillo azul. Es una lástima que la cumbre solo dure dos días, se comenta en una ciudad cíclicamente envuelta en una nube mugrienta.

Barack Obama, Vladimir Putin y Shinzo Abe no habrán sufrido la tos pertinaz, molestias respiratorias y mucosidad sucia habituales de los recién llegados. Las medidas temporales han incluido el cierre de miles de fábricas, la reducción del tráfico a la mitad por un sistema de matrículas, las vacaciones obligatorias de seis días a funcionarios y