Nunca antes la justicia francesa había condenado a un cardenal. El veredicto dado a conocer por el tribunal correccional de Lyon merece también el calificativo de simbólico, porque establece la culpabilidad de la Iglesia al mantener un silencio cómplice con los casos de pederastia. Philippe Barbarin, de 68 años, el más alto dignatario de la jerarquía eclesiástica francesa, ha sido condenado a seis meses de cárcel por ocultar a la justicia las agresiones sexuales a menores cometidas hace casi 50 años por Bernard Preynat, un cura de su diócesis que en los años 80 acompañaba a adolescentes boy-scouts. Fue La Palabra liberada, una asociación de víctimas de los abusos de Preynat -procesado en enero del 2016 y a la espera de juicio- quien se presentó como acusación particular en el caso para denunciar que los responsables de la Iglesia no habían hecho nada por apartar al cura pederasta de su puesto, ni habían acudido a la justicia a pesar de estar al tanto de los abusos del párroco. El cardenal Barbarin se defendió diciendo que nunca pretendió ocultar o encubrir «estos hechos horribles». La decisión del tribunal lionés es una sorpresa teniendo en cuenta que la Fiscalía no había pedido una condena contra Barbarin al considerar que los hechos habían prescrito. Tras conocer la sentencia, el también arzobispo de Lyon anunció que viajará a Roma para presentarle al Papa su dimisión.