El asesinato de un carabiniere en Roma el pasado viernes presuntamente a manos de dos turistas estadounidenses en busca de droga y del que aún hay muchas dudas sobre la versión de los hechos ha conmocionado a Italia.

En un primer momento se propagó el rumor de que se estaba buscando a dos africanos como autores de la muerte del agente de la policía militar Mario Cerciello Rega, de 35 años. Sin embargo, el sábado se confirmó que fueron detenidos dos adolescentes, de 19 y 20 años y de nacionalidad estadounidense: Elder Finnegan Lee y su amigo Christian Gabriel Natale Hjorth. Según divulgaron los medios de comunicación, Elder Finnegan Lee habría confesado que fue el autor de las ocho cuchilladas por las que murió desangrado el carabiniere. Pero durante la comparecencia ante el juez, ambos se acogieron a su derecho a no declarar.

Según una primera versión, los jóvenes fueron al barrio del Trastevere a comprar droga, pero el camello les dio una aspirina en vez de cocaína y volvieron para reclamar. La policía recibió poco después una llamada de una persona a la que los dos jóvenes le habrían robado la mochila y a la que ahora le exigían 100 euros para devolverle los documentos. La pregunta que se plantean los medios es si el camello y ese hombre eran la misma persona.

Ayer se avivó la controversia con la publicación en los medios y redes sociales de una foto del presunto asesino maniatado y con una venda en los ojos en una comisaría. La divulgación de esta imagen y el uso de la venda fueron criticados en algunos sectores por violar los derechos de un arrestado.