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La cifra oficial de enfermos y fallecidos a causa del brote del ébola que afecta a cuatro países de África Occidental sigue un proceso ascendente que certifica la persistente imposibilidad de acotar o detener la infección. Ya son 1.013 los muertos y 1.848 los enfermos. El índice de mortalidad de este episodio se sitúa en un 55% de los casos --muere uno de cada dos enfermos--, si bien la cepa del ébola que lo provoca, denominada Zaire, puede alcanzar una mortalidad de hasta el 90%.

Los métodos de aislamiento con que los países más afectados --Sierra Leona, Liberia y Guinea-- afrontan la epidemia cada vez se aproximan más a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido como "medidas clásicas" de salud pública para frenar virus altamente letales. Las poblaciones del este de Sierra Leona que registran un mayor número de enfermos han sido literalmente aisladas del resto por las fuerzas de seguridad del país, en una arriesgada y drástica decisión de frenar la expansión vírica. Esta medida, que implica el cierre de carreteras, tiene como consecuencia inmediata el abandono a su suerte de miles de personas, enfermas y sanas, que no pueden adquirir alimentos básicos, ni venderlos, porque apenas hay comercios abiertos ni vecindario que salga a la calle.

EL MEDICAMENTO En Liberia, en algunas poblaciones se aísla a los enfermos en sus domicilios, clausurando físicamente puertas y ventanas con el fin de que el virus y quienes lo padecen no se expongan en el exterior. Mueren "sin alimentos ni agua" en el interior de las casas, relató ayer, a la agencia France Presse, Momoh Wile, alcalde de Ballajah, que dijo ser testigo de los gemi-