El Ministerio de Fomento, encabezado por Magdalena Alvarez, y el Gobierno francés anunciaron ayer el inicio de las obras del tramo internacional del AVE, de 44,4 kilómetros, entre Figueras (Gerona) y Perpiñán, de los cuales 19,8 kilómetros se desarrollan en territorio español y 24,6 en Francia. Pese a los importantes retrasos que arrastra el corredor, que completará la línea entre Madrid-Barcelona y la frontera francesa, la previsión es que esté finalizado en cinco años, a finales del 2009.

El enlace, de tráfico mixto de viajeros y mercancías, permitirá la conexión de la red española con la francesa y el resto de Europa. El tramo efectúa el paso por los Pirineos a través del túnel del Perthus, de dos tubos de 8.350 metros de longitud, de los que 7.317 discurren por territorio francés y los 845 restantes por España. El plazo previsto para la puesta en servicio es de 60 meses.

Los gobiernos español y francés suscribieron el 10 de octubre de 1995 el acuerdo para la construcción y explotación del tramo, pero una vez licitado y adjudicado se rompieron las negociaciones con la empresa concesionaria Euroferro (una unión temporal de empresas formada por la española Dragados y la francesa Bouygues).

La nueva adjudicación de la línea recayó, el pasado febrero, en el grupo TP Ferro, integrado por ACS, Dragados y Eiffage. El diseño del trazado se ha realizado con parámetros para 350 kilómetros por hora y una velocidad mínima, para mercancías, de 120 kilómetros por hora. El coste del tramo es de 952 millones de euros (158.399 millones de pesetas).