La población de España envejece y, por lógica, también los conductores. España tiene más de 1,6 millones de automovilistas mayores de 65 años. Es decir, un 8,36% del total, proporción que triplica la registrada hace 20 años. Sin embargo, este colectivo no es el más peligroso a la hora de ponerse al volante: de los casi 90.000 conductores que resultaron muertos o heridos en accidentes en el 2002, sólo el 4,56% tenía más de 65 años, según las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT).

"Los conductores mayores tienen una baja siniestralidad porque adoptan conductas menos arriesgadas", explica Ricardo Moragas, director del grupo de investigación del envejecimiento y del máster en gerontología social de la Universidad de Barcelona. Este centro acaba de publicar el informe Los conductores seniors en autopistas: presente y futuro , editado junto con la Fundación Abertis, que revela que si bien crece el número de conductores mayores, se trata de personas con ciertas ventajas al volante. Por ejemplo, la experiencia y la prudencia.

MAXIMA NECESIDAD Además, estos conductores están familiarizados con las autopistas y las nuevas tecnologías de los coches, y su salud global es mejor gracias a los avances médicos y las mejores condiciones de vida. "Su hábito de conducir --añade el informe-- lleva a que consideren el automóvil como una necesidad de primer orden".

Conscientes de que con los años se van perdiendo los reflejos y la agudeza visual y auditiva, los conductores mayores evitan salir a las vías si hay mal clima. También eluden las horas punta y suelen circular por vías seguras y lugares conocidos. "El deterioro que produce el envejecimiento hace adoptar al conductor mayor una serie de medidas protectoras y reductoras de riesgos. Asume nuevos patrones de movilidad y una acomodación al entorno, lo que reduce el riesgo de accidentes", analiza el trabajo universitario.

No obstante, el peligro está latente. El 35% de los mayores de 65 años consumen medicamentos con frecuencia. Entre ellos, diuréticos, analgésicos, antihipertensivos y calmantes. Todos son fármacos que disminuyen la concentración.

Además, el exceso de precaución comporta también sus riesgos. Por ejemplo: conducir a baja velocidad por el carril izquierdo en autovías o tardar demasiado a la hora de meterse en una vía más rápida.

FALLOS MAS COMUNES Las infracciones que más habitualmente cometen los conductores mayores de 65 años son las de no respetar las señales, no ceder el paso y girar sin previo aviso, según fuentes de la Dirección General de Tráfico. Se trata de despistes originados porque las vías son cada vez más rápidas y complejas y, sin embargo, los conductores más veteranos pierden capacidad de atención y agudeza visual.