A lo largo de las grandes avenidas desiertas de West Palm Beach, entre las tiendas cerradas, algunos hombres luchan contra el viento húmedo de Florida en medio de la noche para fijar planchas que protegerán los escaparates de los asaltos del ciclón Frances , que se espera hoy y que se prevé que será el más violento después de una década.

"Refugios abiertos...". Paneles luminosos parpadean en la oscuridad para recordar a los habitantes la inminencia de la tormenta. En total, dos millones y medio de personas están afectadas por las órdenes de evacuación que abarcan toda la zona costera del este, entre Miami y Jacksonville.

"Vivimos en un edificio viejo, por eso estamos aquí", explica Ron, que ronda la cincuentena y que ha acudido a un refugio habilitado por la Cruz Roja en una escuela de West Palm Beach. Una veintena de edificios públicos están preparados para poder acoger a una parte de los 300.000 habitantes evacuados de Palm Beach, a lo largo de la playa.

Paso cortado

En esta zona, una de las más amenazadas, la policía sólo deja pasar a los residentes que quieren regresar a su domicilio y les insta a abandonar la línea de la costa.

A las dos de la madrugada de ayer (ocho de la mañana en España), la autopista que bordea la costa este de Florida estaba saturada de vehículos que se dirigían hacia el norte para salir de la zona amenazada por el ciclón. La escena era idéntica a la altura de Orlando, más al norte.

Si el ciclón Frances , ayer por encima de las Bahamas, continúa su progresión a la velocidad de 17 kilómetros por hora y dirección noroeste constante, golpeará Florida esta noche. Se calcula que a las ocho (hora local, dos de la madrugada en España), su ojo se situará sobre Vero Beach, a unos 70 kilómetros al norte de West Palm Beach, según el Centro Nacional de Huracanes.

De nivel tres

El ciclón progresa lentamente pero los vientos que lo acompañan soplan a más de 200 kilómetros por hora, en ligero descenso, lo que ha llevado a los expertos a reducir su categoría a tres, de la escala Saffir-Simpson, cuyo nivel máximo es cinco. Pero el Frances podría recuperar fuerzas antes de llegar a Florida, advertía el último boletín meteorológico publicado la noche del jueves al viernes.

El centro espacial Kennedy, cerca de Cabo Cañaveral, ha tomado todas las medidas para proteger sus instalaciones, entre ellas las naves espaciales, anunció el jueves la NASA, que cerró la base hasta el martes, dando fiesta a sus 14.000 empleados.

Suspensión de vuelos

Las autoridades temen lo peor en la costa muy urbanizada del sureste de Florida, donde las olas podrían llegar a alcanzar los tres metros de altura. La mayor parte de compañías aéreas han anunciado la suspensión de vuelos que tienen como destino Orlando, West Palm Beach y Miami. En Fort Lauderdale y Cabo Cañaveral, más al norte, las autoridades han cerrado los puertos a los cargueros y cruceros.

El gobernador de Florida, Jeb Bush, instó a los ciudadanos a no correr ningún riesgo y a seguir las instrucciones de las autoridades. "Se trata de un asunto muy serio. Un huracán no perdona", dijo.

Hace menos de tres semanas, Charley , otro ciclón la mitad de importante, arrasó la ciudad costera de Punta Gorda, en el golfo de México, al norte de Fort Myers, y causó 27 muertos y pérdidas multimillonarias.