El cardiólogo Valentí Fuster instó ayer a los gobiernos a que impongan medidas más severas sobre las empresas de alimentos, ya que las enfermedades cardiovasculares, ocasionadas en buena medida por la obesidad, continúan siendo la principal causa de mortalidad en las denominadas sociedades desarrolladas.

"Los gobiernos tienen que controlar la industria alimentaria. Los ciudadanos no podemos influir en este sector. Sólo los gobiernos pueden parar todo el sistema de alimentación. Y si no lo hacen de forma agresiva, nos vamos a encontrar con un problema de gran repercusión", señaló.

El director de los institutos cardiovasculares del Hospital Mount Sinai de Nueva York y Premio Príncipe de Asturias de Investigación de 1996, que impartirá esta semana un curso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (UIMP), reconoció que su propuesta podría atentar contra la libertad individual de ingerir cualquier clase de comida, pero que se trataba de un "problema de salud muy serio", ya que la obesidad estaba aumentando de manera "increíble".

"Deberíamos hacer leyes como las que se han hecho con el tabaco", sostuvo el médico, quien también recomendó que aquellas personas que sufran graves enfermedades relacionadas con el consumo de alimentos en los establecimientos de comida rápida puedan demandar a estos lugares.

PREVENCION De acuerdo con el llamado en ocasiones "mejor cardiólogo del mundo", las investigaciones sobre medicamentos y la prevención para la obesidad van en direcciones opuestas.

"Estamos avanzando mucho en medicamentos, pero no en la prevención. Debemos investigar cómo hay que prevenir, cómo hay que educar a la sociedad. Si no hacemos algo --añadió el cardiólogo--, las enfermedades cardiovasculares van a seguir siendo la causa de mortalidad número uno, porque las muertes por esta dolencia siguen en ascenso".