Daniel Holland, un hombre de Massachusetts encarcelado hace seis años por el asesinato de su mujer, accedió por fin ayer a la petición de su hijo y perdió todos sus derechos de paternidad.

El niño, Patrick Holland, que entonces tenía 8 años, encontró el cuerpo de su madre a la mañana siguiente del asesinato. Desde entonces su único objetivo era cortar los vínculos con el hombre que mató a su madre.

En su determinación ha sido clave la ayuda de su tutor, Ron Lazisky, que llegó a un acuerdo con Daniel Holland por el que éste accedió a divorciarse de su hijo. "Me he quitado un gran peso de encima", declaró Patrick, que será adoptado por Lazisky y su mujer, Rita, la mejor amiga de su madre.

Tras el acuerdo, Holland perderá también sus derechos sobre el testamento de su mujer. "Patrick se levantó y abandonó la sala antes incluso de que el juez leyera el texto del acuerdo", dijo su tutor, que aclaró que el magistrado no dio permiso al preso para hablar con su hijo.