La voluntad de diálogo, uno de los ejes del Fórum, se volvió en contra de la organización cuando un grupo de más de 200 activistas antimundialización, a los que se dejó entrar en el recinto, reaccionaron violentamente ante las fuerzas de seguridad del Fórum. Los manifestantes anti- Fórum llegaron al recinto por mar, en improvisadas pateras y colchones de agua, en un mar rizado y difícil, y seguidos de cerca por patrullas de la Guardia Civil y equipos de la Cruz Roja. La organización intentó acogerlos para darles agua y dialogar, e incluso tuvo que ofrecer a algunos jóvenes asistencia médica por heridas y rasguños. Pero bastó una acción represiva de un miembro de seguridad para que se encendiera la mecha del altercado.

DERRIBO DE MOBILIARIO Después de derribar una de las vallas de seguridad, el centenar de activistas, vigilados de cerca por los miembros de seguridad, realizaron diversas pintadas en su recorrido por el recinto --No al Fórum de las mentiras , Clos especulador o El Fórum de la hipocresía -- hasta la salida. Luego protagonizaron otros incidentes, como el derribo de pancartas y mobiliario de la Jaima, y el saqueo de algún quiosco de comida y tienda de souvenirs .

Los incidentes se iniciaron cuando un vigilante jurado levantó su porra y uno de los manifestantes le replicó tirándole una botella de agua. El grupo se encaró entonces con el resto de las fuerzas de seguridad del recinto, y el enfrentamiento derivó en un fuerte intercambio de golpes, con momentos de tensión y descontrol. El propio director general del Fórum, Jordi Oliveras, recibió una patada, y el director de operaciones, Miquel Miró, recibió incluso varios golpes de porra en la refriega.

Pese a la violencia del momento, Oliveras quiso relativizar los incidentes, que empañaron el día de celebración del Fórum por haber cubierto el ecuador del acontecimiento. "No ha habido ninguna batalla, sino sólo varios empujones", dijo.

La plataforma anti-Fórum justificó la organización del acto de protesta para denunciar lo que entiende como "especulación urbanística" del Fórum e "hipocresía" del acontecimiento cuando habla de multiculturalidad. Sobre las cinco de la tarde, los 200 manifestantes abandonaron el recinto al grito de "Nos vamos, pero volveremos".

Pese a los incidentes, la jornada discurrió con buena asistencia del público y en el Centro de Convenciones se cerró el diálogo Pobreza, microcréditos y desarrollo , con una aportación en las conclusiones: el sistema de microcréditos llega hoy a más de 60 millones de personas a través de 10.000 instituciones que luchan por la pobreza y el desarrollo.