La consejera catalana de Interior, Montserrat Tura, declaró ayer la guerra al sector hotelero y de ocio que fomenta lo que calificó de "turismo de borrachera", origen de continuos disturbios como los ocurridos la semana pasada en Lloret de Mar (Gerona).

Tura aprovechó una rueda de prensa de balance de la actuación de su departamento para cargar duramente contra aquellos empresarios "que no son profesionales" y encuentran en el turista de bajo nivel y con pocos recursos la fuente de sus ganancias. "Cerraremos los hoteles y las discotecas que no cumplan la ley", aseguró. "Hay un sector de empresarios que se gana la vida vulnerando las normas y ofreciendo una oferta que no nos dignifica", añadió.

AÑOS SIN ACTUAR Preguntada sobre por qué no se había actuado ya contra los establecimientos que infringen la ley, Tura respondió que sólo lleva ocho meses en el cargo. "Es poco tiempo para arreglar una cosa que lleva haciéndose muchos años mal".

La semana pasada, una bronca monumental en Lloret entre casi 200 turistas, muchos de ellos ebrios, terminó con 14 detenidos, dos de los cuales han ingresado en prisión, y daños en el mobiliario valorados en 7.500 euros.

Durante su contundente denuncia, Tura llegó a asegurar que existen circuitos de autocares que recogen a los turistas en un hotel y los pasean por discotecas donde sólo se distribuye alcohol de baja calidad en busca del "coma etílico". También dijo que existen hoteles que no reúnen las condiciones necesarias que exige la ley y que "habría que empezar a cerrarlos", así como locales de ocio que carecen de licencia para funcionar como discotecas.

Según el Ayuntamiento de Lloret, la Policía Local está haciendo cumplir a rajatabla la famosa ley seca , una ordenanza municipal de 1998 que prohíbe el consumo de alcohol en la calle y la venta de bebidas alcohólicas en comercios entre las once de la noche y las ocho de la mañana.