Las dos policías asesinadas en Hospitalet (Barcelona) fueron enterradas ayer en sus respectivas localidades de León. Más de 2.000 personas asistieron al sepelio de Silvia Nogaledo en Noceda del Bierzo y otros tantos vecinos despidieron a María Aurora Rodríguez en Toral de los Guzmanes. Ambas compartían, desde febrero, el piso donde fueron asesinadas.

El féretro con los restos de Aurora llegó poco después de las 12.30 horas a la iglesia de Santa María, donde esperaba una de sus hermanas con el retrato de la fallecida entre los brazos. Después llegaron sus padres, Raimundo y Teresa, y el resto de la familia, además de su novio, Gonzalo, que ayer cumplía 22 años y a quien desde que se enteró de la noticia apenas le sostienen las piernas para andar.

El mismo ambiente se vivió en Toral de los Guzmanes, con sus calles repletas de gente.