La Cumbre Mundial sobre la Alimentación se propuso reducir el número de personas desnutridas a la mitad para el año 2015, tomando como referencia el periodo 1990-1992. La FAO reconoce que ese objetivo está lejos, pero "todavía es posible de alcanzar".

Para ello, la agencia de la ONU se apoya en argumentos como que la proporción de personas desnutridas en el Africa subsahariana se redujo del 36% al comienzo de los 90, al 33% una década después. El informe cita también a 30 países que redujeron el número de hambrientos en un 25% durante esa década.

Pero la realidad es menos optimista. La propia FAO, en el 2003, daba la cifra de 842 millones de personas desnutridas en el mundo y en el de este año ya son 10 millones más. Aunque se trata de estimaciones generales, no parece que se vaya por el buen camino para acabar con el hambre.

Además, el informe recoge como preocupante que en los países en desarrollo se está dando un trasvase de población de las zonas rurales --donde el acceso a alimentos primarios es más probable-- a los extrarradios urbanos, en los que la miseria y el hambre se hacen aún más patentes.