El papa Francisco ha firmado una norma en la que se obliga a denunciar cualquier presunto abuso sexual o de poder por parte de un clérigo, establece el procedimiento a seguir en las diócesis y exige celeridad en las investigaciones preliminares. El motu proprio o documento de Francisco llamado Vos estis lux mundi (Vosotros sois la luz del mundo) y publicado ayer también exige a todas las diócesis del mundo la creación antes de junio de 2020 de un sistema al que pueda acceder cualquiera que quiera realizar una denuncia. También exige la total protección y asistencia a los denunciantes.

Esta nueva ley es una de las «propuestas concretas» prometidas por el papa para erradicar la plaga de los abusos en el seno de la Iglesia, después de la histórica reunión sobre el tema que se celebró en febrero con los representantes de todas las Conferencias episcopales. Y se aplicará, como reza el artículo 1, a todos los delitos en los que «se obligue a alguien, con violencia o amenaza o mediante abuso de autoridad, a realizar o sufrir actos sexuales; realizar actos sexuales con un menor o con una persona vulnerable; producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfico infantil».

La reglamentación también incluye cualquier caso de violencia contra las religiosas por parte de clérigos, así como el supuesto de acoso a seminaristas o novicios. Sin embargo, han quedado fuera los nuevos delitos o penas, porque para ello ya están las normas canónicas, apuntan fuentes vaticanas.

La principal novedad es que los religiosos tienen la «obligación de informar a un obispo o al superior religioso» y esto no «interfiere ni modifica ninguna otra obligación de informar que a las autoridades civiles competentes». Los denunciantes no podrán ser objeto de represalias.