Un joven de 19 años, E. M. L., falleció el miércoles por la tarde al estallarle un petardo en la cara, cuando se encontraba en una calle de Getafe (Madrid). Varias personas avisaron a la policía de que el joven se encontraba herido con una profunda hemorragia y graves daños en la cara. Una ambulancia acudió al lugar. Los médicos comprobaron que no podían salvarle la vida, pero informaron de que se podían donar sus órganos, por lo que fue trasladado al Hospital Clínico de Madrid. La policía busca la tienda donde fue adquirido el petardo, que al parecer fue manipulado.

Otro petardo provocó, minutos después de las campanadas de Nochevieja, una gran explosión en una vivienda del distrito madrileño de Puente de Vallecas. El incidente causó heridas leves a un menor, cuya madre fue atendida de una crisis de ansiedad. Cuando llegaron los bomberos y la ambulancia, el padre del niño ya lo había llevado a un hospital. Los funcionarios comprobaron que el petardo, de enorme potencia, había arrancado los marcos de las ventanas del salón y la cocina, así como tres metros cuadrados de falso techo. En el piso había más petardos, que no explotaron.