Los taxistas de Barcelona decidieron ayer en asamblea mantener la huelga y la ocupación del tramo central de la Gran Vía de Barcelona, donde en las últimas horas se disparó la tensión entre los manifestantes y los conductores de vehículos de alquiler con conductor, los llamados VTC. En Barcelona la Policía detuvo a tres taxistas, acusados de provocar desórdenes.

El sector del taxi en Barcelona inció ayer al mediodía una huelga indefinida para rechazar la nueva regulación de servicios como Uber o Cabify que promueve la Generalitat de Cataluña, ante cuya sede tuvo lugar una protesta.

El principal punto de conflicto es el plazo obligatorio de precontratación, que el gobierno catalán ha fijado en 15 minutos y que las asociaciones de taxistas reclaman ampliar hasta un mínimo de seis horas. Desde primera hora de la tarde, centenares de taxis impidieron que el resto de vehículos circulasen por un tramo muy concurrido de la Gran Vía.

La protesta empezó con relativa tranquilidad, pero el ambiente se caldeó a medida que avanzaban las horas, especialmente cuando apareciron vehículos de VTC en la zona ocupada. Algunos taxistas cargaron contra los Uber o Cabify que aparecían por la vía: les increparon, golpearon la carrocería y rompieron los cristales y retrovisores. Los taxistas madrileños, por su parte, decidieron en referéndum convocar huelga indefinido desde el lunes.