Al menos 3 personas han muerto y cerca de un millón están en centros de evacuación a causa del paso del tifón Hagupit por el centro de Filipinas. Aunque no es tan violento como el Haiyán, la lenta velocidad a la que se desplaza provoca más precipitaciones e inundaciones. El tifón "ha avanzado más lento y ha causado daños en algunos edificios más endebles. Ha habido vientos fuertes e inundaciones, pero no tanto como en noviembre del año pasado", dice a este diario por teléfono George Taboada, un residente de Tacloban, la ciudad más afectada por el Haiyán. "Los centros comerciales y los mercados están ya abiertos, y todo funciona ahora".

Hace tres días, las previsiones apuntaban que el Hagupit seguiría aumentando su potencia hasta llegar a vientos de 315 kilómetros, pero no ha sido así: el diámetro se ha reducido a 500 kilómetros, su velocidad a 10 kilómetros por hora y los vientos y las rachas a 140 y 170 kilómetros por hora, respectivamente. No obstante, las imágenes que llegan de la isla oriental de Samar, muestran calles inundadas, árboles tronchados y edificios dañados. Numerosas localidades de la región se quedaron sin electricidad ni teléfono. Manila se prepara ahora para la llegada esta tarde del tifón.