La policía instalará arcos detectores de metales en las principales calles que desembocan en el recorrido del cortejo nupcial. En el resto de vías, hasta sumar más de un centenar, agentes equipados con detectores manuales de metales filtrarán y controlarán a los centenares de miles de personas que el sábado pretendan presenciar en vivo y en directo el paso de Felipe y Letizia.

Los responsables del dispositivo de seguridad han diseñado un sofisticado enjambre de filtros que obligará a todo el público asistente, sin excepciones, a someterse a algún tipo de control policial. Por tanto, el que quiera un buen lugar desde donde presenciar el paso de los novios tendrá que madrugar, porque las colas para acceder al paso de la comitiva se auguran complicadas.

FILTROS PARA TODOS Diferentes responsables policiales consultados ayer por EL PERIODICO explicaron que los filtros serán "exhaustivos y para todo el mundo". Durante la reunión que se celebrará hoy en el Ministerio del Interior se decidirá a qué hora empezarán a funcionar los filtros. Se estima que si el centro de Madrid se cierra al tráfico en la madrugada del viernes, los controles deberían empezar en las primeras horas del sábado, cuando se instalen los arcos detectores y se desplieguen los agentes de la Unidad de Intervención Policial, responsables del primer cordón de seguridad.

Para fortificar toda la zona afectada por la boda, los responsables de seguridad han tenido que alquilar un número significativo de arcos detectores, así como de aparatos manuales. El paso bajo el arco no impedirá que cualquier agente pueda requerir a un ciudadano que le muestre el interior del bolso o mochila, o que le invite a ser cacheado in situ .

El dispositivo está diseñado no sólo para garantizar la "seguridad" de los novios, sino del público. Para ello, sus responsables han dividido el paseo nupcial en seis zonas, tres a cada lado del recorrido, en las que se instalarán sendas unidades multidisciplinares. Es decir, unidades de emergencia en las que estarán presentes la Policía Nacional, la Policía Municipal, los bomberos y los servicios de emergencia del 112.

La seguridad también afecta al subterráneo. Durante tres meses, más de un centenar de agentes de la Unidad de Subsuelo de la Policía Nacional han inspeccionado los más de 25 kilómetros de galerías de servicios y colectores que se encuentran bajo la zona afectada por la boda. En este tiempo han elaborado unos mapas de riesgo y horas antes de la boda se encargarán de sellar algunas de las 2.000 salidas a superficie que existen entre arquetas, pozos, cloacas y demás entradas al subsuelo.

Este dispositivo, en el que participan unos 20.000 funcionarios, no terminará hasta que el último de los invitados de los denominados vips abandone Madrid.