El ministro del Interior en funciones, Angel Acebes, explicó ayer que el mecanismo explosivo que contenían las tres cartas-bomba dirigidas a periodistas y que fueron desactivadas el pasado jueves por la Policía en Zaragoza, es "similar" al utilizado en otras ocasiones por grupos anarquistas.

En una conferencia de prensa, el ministro añadió que, en cualquier caso, la autoría aún no está determinada y reclamó cautela respecto a la investigación sobre los explosivos que iban destinados al periodista de la COPE Federico Jiménez Losantos, el presidente fundador del diario La Razón , Luis María Ansón, y a la directora de informativos de Antena 3 TV , Gloria Lomana.

Las cartas contenían 60 gramos de pólvora en el interior de cintas de vídeo y contaban con un sistema de ignición confeccionado con una pinza, una pila y una bombilla. Los artefactos fueron descubiertos al pasarlos por el escáner en la oficinas de Correos de la calle de Anselmo Clavé a las 5 de la tarde del pasado jueves.

No obstante, los investigadores tampoco han descartado otras hipótesis de trabajo sobre la autoría de estos atentados frustrados que podrían haber sido preparados por una sola persona, según informaron fuentes policiales. "Para confeccionar y enviar por correo este tipo de artefactos no se necesita un grupo de terroristas organizado", agregaron las citadas fuentes.

BUZON Las investigaciones corren a cargo de la Brigada de Información de la Policía de Zaragoza, que ha solicitado la colaboración de personal de Correos para intentar averiguar en qué buzón de la ciudad se depositaron las cartas-bomba. Aunque no se ha confirmado oficialmente, los agentes ya conocen la ruta en la que se recogió la saca que contenía los artefactos, pero resulta difícil determinar el buzón de procedencia.

De momento, nadie ha reivindicado los hechos y la información sobre estas investigaciones se ha centralizado en el ministerio en Madrid, aunque el hermetismo sobre los pasos que se siguen es total.

No obstante, las fuentes consultadas señalaron la dificultad de llegar a resolver este caso. "No es lo mismo un atentado contra un particular, que puede tener enemigos determinados, que contra personas públicas como los periodistas a los que se dirigían las cartas. Esta circunstancia convierte los hechos en un atentado ideológico y el espectro de sospechosos aumenta", explicaron.