El de Schindler es el último expediente de regulación de empleo (ERE) que se anuncia en Aragón, pero a lo largo del 2019 le han precedido muchos otros. En concreto, hasta el pasado mes de octubre, el número de trabajadores afectados por ajustes laborales aumentó un 36% en la comunidad, según la última estadística publicada por el Ministerio de Trabajo, en la que se detalla que los afectados por extinciones laborales durante los diez primeros meses del año se situaron en 2.294 aragoneses. Son 607 trabajadores más que en el mismo periodo del año anterior.

La explicación a este incremento de la conflictividad laboral radica en la desaceleración de la economía en el último semestre del año. «Las empresas han aplicado ajustes de forma preventiva ante la situación de reducción del crecimiento económico anunciado en los últimos meses», apunta la secretaria general de Industria de CCOO en Aragón, Ana Sánchez.

Pero esa no es la única razón del aumento de los ERE. La retracción del consumo interno como consecuencia del recuerdo de la última gran crisis del 2008 también ha reducido la necesidad de empleo por parte del tejido productivo, señala Sánchez. Otro posible factor que se añade a este cóctel es la derogación de la reforma laboral (o parte de ella), lo que ha podido acelerar las decisión de reducir las plantillas en algunas empresas.

Sea como fuere, lo que reflejan los datos del Ministerio de Trabajo es que hasta octubre los trabajadores afectados por despidos colectivos en Aragón creció un 145,6% respecto al mismo periodo del 2018. Es decir, ha habido 867 despidos a través de un ERE colectivo, lo que supone 514 más que hace un año. De esta forma, Aragón se convierte en la tercera comunidad en la que más repuntaron este tipo de expedientes, solo por detrás de Cantabria y Canarias. Mientras, la suspensión de contratos también creció aunque de forma más discreta, ya que hubo 1.371 afectados por estos procesos, un 27,4% más que entre enero y octubre del 2018.

UN BACHE PUNTUAL

Pese a los datos, el secretario general de Industria de UGT, José Juan Arcéiz, considera que el incremento de los ERE responde a que la economía vive momentos de «volatilidad», que resulta «difícil de contextualizar». «No existe un parámetro que unifique las causas de los ajustes», considera Arcéiz.

Tanto Sánchez como Arcéiz están al frente de un sector especialmente sensible, la industria. Algunos de sus subsectores han atravesado por dificultades. Es el caso del automóvil, que atraviesa un bache en Europa, y la marca blanca de electrodomésticos, que ha visto reducir sus ventas.

Sea como fuere, a Schindler se ha sumado en el 2019 los cierres de Future Pipe en Ejea y los ajustes en el sector de la minería de carbón por el cierre de la térmica de Andorra.