El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, ha aprovechado su primer discurso como regidor en el debate del estado de la ciudad para demostrar públicamente que la coalición de Gobierno PP-Cs no se está viendo afectada por las diferencias a nivel nacional entre ambos partidos. Ha querido mostrar unidad y lealtad a ellos pero también ha apelado al consenso y ha tendido la mano a la oposición para sacar adelante unos presupuestos que estén a la altura de las circunstancias, con una pandemia que parece interminable y que ha generado una crisis social y económica «que solo tiene parangón con el estallido de la guerra civil».

El primer edil ha comenzado su discurso hablando del fin de un era, la de «las divisiones internas y las polémicas continuas» en el salón de plenos, como sucedió durante la pasada legislatura, donde cada debate se convertía en un cuerpo a cuerpo que, por otro lado, solía protagonizar en muchas ocasiones desde la oposición.

Azcón ha asegurado que el equipo de Gobierno PP-Cs «era estable, con iniciativa y liderazgo», tres las cuatro claves para acabar con «la parálisis» a la que estaba sometida la capital aragonesa «después de 16 años de izquierdas». La cuarta la ha presentado como la más esencial, la «unidad» entre ambas formaciones, que necesitan a Vox para poder hacer realidad sus propuestas.

GOBERNABILIDAD / Según ha informado, en 16 meses ya se ha cumplido el 50% del Pacto de Gobernabilidad entre populares y liberales , y el otro 25% está en marcha. Unas cifras con las que ha querido dejar patente el buen entendimiento entre PP y Cs.

Pero por si había dudas, el primer edil se ha dirigido directamente a la vicealcaldesa, Sara Fernánez, a quién ha destacado por «su eficiencia, empatía y lealtad», por su «actitud cooperativa y la altura de miras». No ha sido la única que ha mencionado con nombre y apellidos, pero sí de su Gobierno en coalición. También ha tenido palabras para los concejales de Vox, Julio Calvo y Carmen Rouco, «decisivos» en la investidura «y en el cambio político».

«Frente a etiquetas cargadas de prejuicios, Vox ha demostrado con sus hechos que en este consistorio es una formación responsable». Sus «agradecimientos» han ido más allá, ya que según Azcón, la ultraderecha ha entendido que les une un mismo objetivo: «darle la vuelta a 16 años seguidos de gobiernos de la izquierda desde la moderación y la resolución de problemas».

Además de tender la mano a PSOE, ZeC y Podemos para negociar los próximos presupuestos, se ha mostrado muy benévolo con el Gobierno de Aragón, a pesar de que ha criticado que «no ha llegado ni un solo euro» desde el Gobierno aragonés al consistorio para hacer frente a todos los gastos que ha generado la crisis del covid. Tampoco desde el Estado ni desde Europa. Ha sido la única mención controvertida sobre el Gobierno de Lambán porque lo demás fueron buenas palabras. «Gracias al diálogo y a la lealtad institucional hemos podido desatascar y avanzar en cuestiones importantes que estaban enquistadas», ha afirmado, en referencia a la comisión bilateral que podría celebrarse en el primer trimestre del próximo año, al impulso de la plataforma logística o al desbloqueo de algunas cuestiones urbanísticas. Ha hecho hincapié en el futuro de los antiguos Juzgados de Zaragoza, todavía sin definir pero que, al menos, se ha optado por negociar al margen de la vía judicial.

También ha mencionado ó a la Diputación Provincial de Zaragoza, institución con la que está negociando un nuevo convenio para financiar las obras de los barrios rurales, como ya viene sucediendo desde hace año.